Este tutorial con la instructora de yoga Karli Orazi te pondrá cabeza abajo en un abrir y cerrar de ojos. 

El pino, también llamado Shirshasana, no solo es una postura impresionante, también fortalece los hombros, los brazos y el core. Además, al practicarlo, mejorarás el flujo sanguíneo, el drenaje linfático (para olvidarse de la hinchazón), te concentrarás mejor y notarás menos estrés. 

Aunque no es la postura más fácil del yoga, hacer el pino no es imposible. Te voy a ayudar a hacer un pino clásico y otro de tres apoyos. La diferencia entre ellos es dónde colocamos los brazos. Puede que uno te resulte más fácil que otro, así que te animo a probar los dos y ver cuál prefieres.  

Una vez domines el pino, verás que es una postura muy liberadora que te ayuda a centrarte en lo que te rodea únicamente, manteniendo la pose con equilibrio y una presencia fuerte de mente y cuerpo. 

La clave para dominar el pino es ir poco a poco, creando una base sólida y moviéndote de forma controlada, sin ceder al impulso de saltar o bajar las piernas. ¡Anímate a probar! 

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